miércoles, 29 de abril de 2015

Los Generales de las inmaculadas Fuerzas Armadas de Colombia

En secreto y con sesión reservada el Senado dio vía libre a la promoción de los altos oficiales.
Aprueban ascensos de oficiales mencionados en casos de 'falsos positivos'
5.326 civiles asesinados y presentados como terroristas muertos en combate, en el gobierno de la seguridad democrática de Álvaro Uribe Vélez. El Gran Colombiano
-General Mauricio Alfonso Santoyo Velasco, Condenado por narcotráfico                                    

-General Freddy Padilla, señalado de recibir de forma ilícita, millonaria indemnización. 
 
 
 
 
 -General (r) Mario Montoya, vinculado a la masacre ocurrida en San José de Apartadó. -General Juan Pablo Rodríguez, comandante de las Fuerzas Militares: “De acuerdo a la Fiscalía bajo su jurisdicción ocurrieron 21 asesinatos de civiles; presentados a la opinión pública como terroristas muertos en combate.
 
 
-Mayor General Jaime Alfonso Lasprilla Villamizar, comandante del Ejército Nacional: “Bajo cuya jurisdicción en la IX Brigada con sede en el Huila, se cometieron 44 asesinatos de civiles; presentados a la opinión pública como terroristas muertos en combate.
“Anhelamos la paz, pero digna y basada en una victoria militar”

 
 
-Mayor General Hernán Giraldo Restrepo, jefe de la Junta asesora en Washington para el tema de los derechos humanos: “La Fiscalía reporta que durante su jurisdicción ocurrieron 72 asesinatos de civiles; presentados a la opinión pública como terroristas muertos en combate.
 
 
-Brigadier General Nicasio de Jesús Martínez Espinel, comandante de la Quinta División: “Bajo cuya jurisdicción se cometieron 72 asesinatos de civiles; presentados a la opinión pública como terroristas muertos en combate.
 
 
-Brigadier General Henry William Torres Escalante. Actualmente es el comandante del Comando Conjunto número dos del Sur Occidente. Entre 2005 y 2007 estuvo a la cabeza de la Décima Sexta Brigada en el Casanare (este) donde se investigan 85 casos de falsos positivos.  
 
 
Brigadier General Jorge Enrique Navarrete. Es comandante de la Séptima Brigada y fue comandante del Grupo de Caballería Mecanizado II Rondón 2004-2006 y de Octava Brigada del 2007 al 2008 en donde se presentaron 60 casos de falsos positivos.
 
 
General Juan Pablo Rodríguez Barragán, fue comandante General de las Fuerzas Militares, y entre 2002 y  2004 fue el comandante del Comando Operativo Siete en el Cesar y la Guajira  donde se investigan 37 casos de falsos positivos.
 
 
Brigadier General Emiro José Barrios. Es comandante de la Fuerza de Tarea Júpiter, adscrita a la Sexta División y entre  2006 y  2009 fue el jefe en el Comando número tres y en la Octava Brigada donde se presentaron 29 casos de falsos positivos.


Brigadier General Juan Carlos Piza. Comandante de la Cuarta Brigada en Antioquia (noroeste) donde desde septiembre de 2007 a diciembre del mismo año, se ordenaron investigaciones por 20 casos de falsos positivos.
 
 
 
 
 http://www.semana.com/noticias-opinion-on-line/diplomacia-paradisiaca/135222.aspx
Las acusaciones en contra del general retirado Mario Montoya vuelven a poner en tela de juicio la
integridad del servicio exterior colombiano Nelson Camilo Sánchez* Una sorprendente revelación dejó fríos a los asistentes a una audiencia en un tribunal de Medellín hace un par de semanas. En medio del juicio adelantado por una masacre ocurrida en San José de Apartadó, el general retirado Mario Montoya resultó salpicado por dos coroneles y un capitán del Ejército, quienes lo acusaron de haber propiciado alianzas entre la fuerza pública y grupos paramilitares. Ante semejante chiva, los periodistas corrieron a llamar al general para conocer su versión. Pronto se dieron cuenta de que el timbrazo iba a salir más costoso de lo previsto, pues tenían que comunicarse con la embajada de Colombia en la República Dominicana. Una vez más, una de nuestras cartas de presentación ante el mundo guardando esqueletos en el armario. Dirán algunos que es apresurado pedir la cabeza del general ya que son simples acusaciones y, ante todo, debe respetarse la presunción de inocencia del diplomático. Sin embargo, creo que hay buenas razones para sostener que la continuidad del general en dicho cargo resulta políticamente muy costosa para la imagen del país. En primer lugar, las acusaciones no salieron de informantes pagados o de desmovilizados - como en otras ocasiones - sino de oficiales de alto rango, lo cual es impresentable ante la comunidad internacional. En segundo lugar, la persecución a la Comunidad de Paz de San José de Apartadó es precisamente uno de esos casos por los que tenemos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos respirándonos en la nuca, pues el tribunal investiga la posible responsabilidad estatal en los hechos. Si la Corte nos preguntara, la única excusa que le podríamos dar es que tenemos al general allá, más cerca a Costa Rica, por si acaso el tribunal quisiera llamarlo a declarar. Tampoco es que se trate de un hecho aislado. No hay que esforzar la memoria para que los casos vengan a la mente. Qué decir, por ejemplo, de nuestro embajador en Italia, Sabas Pretelt de la Vega, investigado por el escándalo de la Yidispolítica; o el de México, Luis Camilo Osorio, a quien hasta donde la Revista Cambio pudo contar, le cursaban 37 procesos penales y 10 disciplinarios en la Comisión de Acusaciones. Pero para qué ir tan lejos si podemos seguir en la tierra del merengue, la bachata y el mofongo: el antecesor de Montoya, Juan José Chaux Mosquera, carga también su rosario en la Corte Suprema de Justicia por sus presuntos nexos con el paramilitarismo. Incluso, parece que en la Cancillería está muy de moda el chiste de: ¿Te vas para Quito? – Sí, me nombraron embajador en la República Dominicana. Para completar el panorama, la estrategia de “defender y tapar hasta que sea inevitable” no ha dado los mejores resultados. De eso le podemos preguntar al ex embajador de Colombia en Chile, Salvador Arana, condenado a 40 años de cárcel por homicidio; o al “buen muchacho” de Jorge Noguera, ex cónsul colombiano en Milán. Dados estos antecedentes no parece entonces tan mala la idea de curarnos en salud y darle espacio y tiempo al general para que asuma su defensa – si es que acaso le llegan a abrir investigación. Además, con ello podríamos empezar a recomponer, de a poco en poco, nuestra trajinada imagen internacional y aprovechar para avanzar en la profesionalización de nuestro servicio exterior. Ya estuvo bueno eso de que nuestros funcionarios diplomáticos pasen del traje de gala a la piyama de rayas.
*Investigador del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad -DeJuSticia-(www.dejusticia.org). Semana.com ©2008.



Generales en activo, vinculados a la muerte de civiles, presentados como terroristas muertos en combate:

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