martes, 6 de septiembre de 2011

Colombia es un país rico en recursos naturales y vive en la miseria

Colombia explota unas 40 toneladas de oro al año, o 1,5 millones de onzas troy, es decir, US$3.000 millones; pero tenemos el peor contrato aurifero del mundo con una regalía efectiva del 4 por ciento. La AngloGold Ashanti paga menos regalías incluso que los propios barequeros artesanales.

“También tenemos el peor contrato petrolero del mundo, con la más baja tasa de regalía que se puede encontrar”. El peor, porque la regalía efectiva que le entregan a la nación las multinacionales es de un ridículo 8 por ciento, frente a un 17 por ciento del promedio en el mundo.
AngloGold Ashanti y demás trasnacionales poseen en concesión un territorio de 43.000 km2, tan grande como los departamentos de Boyacá y Cundinamarca juntos. Por exenciones tributarias, Drummond dejó de pagarle a Colombia casi un billón de pesos entre 1995 y 2007. En Cerromatoso, por malas liquidaciones, la nación puede haber perdido desde 1998 la suma de 210 mil millones de pesos.
Las trasnacionales de la gran minería le imponen a Colombia las condiciones y el país sigue en el peor de los mundos
Para ilustrar el punto, el senador del Polo expuso varios casos críticos, entre ellos el de la Frontino Gold Mines en Segovia y Remedios (Antioquia), el de la Colombia Goldfield en Marmato (Caldas), el de la Greystar Resources en el Páramo de Santurbán (Santander), el de la AngloGold Ashanti en Cajamarca (Tolima), el de la Cosigo Frontier en Taraira (Vaupés) y el de la mina aurífera del río Suárez, en el Cauca.
audio: http://moir.org.co/IMG/mp3/debate_m...
video: www.youtube.com/user/POLOMOIRTV

Senador Jorge Enrique Robledo


Por Alfredo Molano Bravo
http://www.elespectador.com/impreso/opinion/columna-296689-al-tren-del-oro
A la hora del cierre de la VII Feria Internacional de la Minería 2011, se habían hecho negocios por US$350 millones, la mayoría sobre minas de oro. Con la presencia de agencias institucionales, multinacionales —Anglo Gold Ashanti o Medoro entre otras. Y estando Colombia, como dijo Cristian Samper —director del Smithsonian Museum—, sentado sobre una montaña de oro, no es de extrañar el entusiasmo de sus asistentes. Una agitación similar se vive desde hace unos cinco años en los ríos San Juan, Telembí, Dagua, y otros más. Miles de retroexcavadoras abrieron huecos enormes en los ríos y quebradas que “pintaran”; se crearon compañías; se solicitaron licencias; se pagaron trámites; se corrompieron funcionarios de Ingeominas y de las Corporaciones Autónomas de Desarrollo, alcaldes, agentes del orden. La información minera georreferenciada sobre yacimientos y minas de oro y platino llegaba a las juntas directivas de las grandes compañías. Comenzó el festín. Se han entregado 9.000 títulos mineros, el 4% del territorio nacional; y hay 20.000 solicitudes, el 20%. El 30% de los títulos fueron otorgados a compañías antioqueñas.
Dados el tamaño del cerro de oro en que estamos sentados, la debilidad del Estado para regular la actividad aurífera, la trinca conformada por el “cartel de la retro” y narcotráfico, la corrupción y la venalidad de los agentes del orden legal, nuestro conflicto armado se desbordará —como se está desbordando— hacia este nuevo escenario bélico. Me temo que el problema minero tomará el lugar que hasta hoy ha tenido el problema agrario.

Por Alejandro Gaviria
http://www.elespectador.com/impreso/opinion/columna-294833-fiebre-dorada
La zona aurífera de Antioquia es ya una de las más contaminadas del mundo. En Segovia el mercurio se respira por todas partes (hasta en el atrio de la iglesia). Las fuentes de agua están contaminadas. La quebrada La Cianurada, que pasa por la mitad del pueblo, llega al río El Aporriado que desemboca, a su vez, en río El Bagre, donde las retroexcavadoras multiplican el daño ambiental ocasionado aguas arriba.
Si las cosas siguen como van, la minería de oro podría convertirse en la principal fuente de financiamiento de los grupos ilegales, en el sustituto de los cultivos ilícitos. Con dos complicaciones adicionales: hay mucha más plata en juego y el producto del negocio es legal, lo que dificulta el control y facilita la corrupción.
La minería, como existe actualmente, no es una locomotora: es un cataclismo.

2 comentarios:

  1. Ya había leído esos artículos en días pasados y expresé mi opinión al respecto, aquí a cualquiera que sea Senador le creen por el sólo hecho de tener un cargo de esa magnitud, sin ponerse a pensar cuántas manos habrá mojado (o cuántos tamales y lechona habrá "regalado", táctica muy usada por el PDA), al senador Robledo le parece terrible que haya empresas mineras, tecnificadas, con procesos estandarizados, con seguros y dádivas para los trabajadores en el país... él es de los que prefiere que la minería siga siendo artesanal, controlada por pequeñas mafias al servicio de grupos ilegales, para mí, su opinión no debería contar dado que muchas veces ha dejado en claro que no busca fomentar una colaboración entre el Estado y las Empresas para ayudar a la gente sino que quiere que se efectúe todo como hasta ahora se ha venido haciendo en el país... con técnicas, herramientas y procesos de hace siglos, con todo el peligro que ello conlleva.

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  2. En cuanto al artículo de Alfredo Molano, no hay mucho qué decir, alguien que realmente esté interesado en el tema se dará cuenta que está mezclando información y realmente no está haciendo su "labor periodística", escribir un artículo que parece pegado con cinta, con datos que parecen recortados de varios lugares no le da validez, a menos que profundice, pero éste no es el caso.

    ¿Será que le pagan para desinformar a la opinión pública?

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